Hace un tiempo atrás le inicié un
juicio al CPCECABA por mi despido discriminatorio. Como salió publicado en el
diario página/12 el 30/08/12, las reuniones con el gerente de rr.hh. en dónde
manifiesta abiertamente los motivos de mi despido fueron grabadas.
Jorge Alberto Antonio, el gerente
ingeniero, el ingeniero gerente fue citado a declarar en calidad de testigo.
Tras su negativa a hacerlo, fue citado por la fuerza pública. Finalmente, tras
no tener más opciones tuvo que comparecer ante la justicia.
Entre varios objetivos que tenía
la audiencia, uno de los principales consistía en hacerle escuchar a Packham
las grabaciones, para que este reconozca o no su voz.
En la oficina del fiscal, en sumo
silencio todos escuchamos la grabación. Tras su finalización el fiscal le
pregunta al cano ingeniero “¿reconoce su
voz y la del señor Villani en la grabación que acabamos de escuchar?” A lo
que el ingeniero responde: “Me niego a
tener que reconocer mi voz en la misma”. A lo que el fiscal le advierte: “Mire que el negarse a responder tiene de un
mes a tanto tiempo de prisión [ya no recuerdo su máximo]”. Tras dicha advertencia finalmente el
ingeniero desconoce las voces. Es decir, las voces vertidas en la grabación no
correspondían (según su concepción), ni al señor Villani ni a él.
Para evitar equívocos y pérdidas
de tiempo (ya que las grabaciones duraban una hora aproximadamente cada una),
antes de escuchar la segunda grabación el fiscal le pregunta al ingeniero: “Antes de escuchar la segunda grabación, le
pregunto si va a negarse a tener que reconocer (o desconocer) su voz, o va a
escuchar la grabación y en función de lo que en ella escuche va a reconocer o desconocer su voz”. A lo que el
ingeniero responde: “Me niego a tener que
reconocer o desconocer mi voz”.
Tras su negación, el juez le
inicia una causa penal al gerente de recursos humanos. La misma es
absolutamente independiente de mi juicio. Yo en ella no tengo nada que ver. La
misma es un asunto entre el gerente de recursos humanos y la justicia.
Yo nunca pasé por ello, pero
imagino que no debe ser para nada grato poseer sobre las espaldas de uno, una
causa penal iniciada por la mismísima Justicia.
No veo muchas causas que
expliquen esta actitud del gerente de recursos humanos, quien supuestamente se
inmolaría en pos de los intereses del Consejo, cargando sobre sus espaldas una causa
penal. Más aún cuando no fue él quien finalmente me despidió, sino la
institución. Más aún, cuando dada su avanzada edad, está muy próximo a
jubilarse, a retirarse.
La primera opción que se me
ocurre, es la más fácil: lo hace por el vil metal. La segunda, puede ser parte
de una argucia legal implementada por astutos abogados. Tres, lo hace por amor
a la camiseta (hipótesis inmolación). Cuarta, lo hace simplemente por
terquedad. Quinta y última, si se va retirar lo quiere hacer por la “puerta
grande”.
Para finalizar, hoy me entero que
Jorge Alberto Antonio anda “racionalizando” las responsabilidades que el
Consejo tiene para con nuestro compañero Ariel. ¿No será hora ingeniero de "bajar el copete"?
Santiago Villani
Este tipo es un sorete. Facho que discrimina a la gente y la menosprecia. Obsecuente que se baja los pantalones ante el poder de turno. Y evidentemente le gusta.
ResponderEliminarel "ingeniero" es solo una marioneta. Ahora la actitud altanera y sumamente manipuladora es 100% de él. Y por cierto ya se jubiló hace un par de meses ...
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